Historia de las Hermanas Mercedarias

Las Hermanas Mercedarias iniciaron su tarea en Puerto Rico a la sombra de una clínica situada en la ciudad de Ponce. El Doctor Pila, que la dirigía, mantenía una fluida relación con el Doctor Fernández García que, a su vez, coordinaba un centro de salud en Hato Rey. Estimulado por las excelentes referencias del Doctor de Ponce, el señor Fernández García solicitó a las Mercedarias que fundaran una comunidad en el lugar y desarrollaran su labor en la clínica. La Congregación permaneció en dicha clínica desde el 5 de agosto de 1929 hasta el 31 de marzo de 1989.

     Durante su estancia en Puerto Rico la Madre Socorro aprobó la fundación de un colegio. Ya se había adquirido con anterioridad el terreno donde se pensaba instalarlo. Estaba situado en la ciudad de San Juan, exactamente en Río Piedras. Se había efectuado el contrato con toda normalidad, pero el propietario se negó a posteriormente a reconocer la validez del documento. Sin embargo, muchas personas alentaron y gestionaron la obra. Al final se levantó un colegio solemne y bien acondicionado.

Presencia MercedariaPETIT     El colegio no es el único centro donde las Hermanas Mercedarias llevan a cabo su acción eclesial y donde aspiran a vivir la solidaridad de acuerdo a las indicaciones de la Congregación. Además hay una pequeña comunidad en Cayey la misma está al servicio de la pastoral juvenil y desempeñan varias actividades parroquiales.

En Puerto Rico viven, trabajan y oran siete Mercedarias de espiritualidad homogénea, pero de diversas procedencias. Una Hermana de origen español: Sor María Victoria Iñiguez; tres dominicas: Sor Rosario González, Sor Mary Suero Frías y Sor Carmen Sandoval; una peruana: Sor Yolanda Cornejo  y dos puertorriqueñas: Sor Lourdes Martínez, Sor Olga Jaimán.

Otras vocaciones nacidas y nutridas en Puerto Rico que se encuentran destacadas en otros países son: Sor Agneris Lozano, Sor Evelyn Aponte, Sor Cloty Collazo y Sor Belissa Aponte.